Quiropráctica (del griego: hecho a mano). Una profesión sanitaria que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de los trastornos del sistema neuromusculoesquelético y de los efectos de éstos en la salud general. Se utilizan principalmente técnicas manuales tales como el ajuste y/o la manipulación articular,  centrándose sobre todo en las subluxaciones articulares y en la restauración de la función.

Hoy en día, más de 100 años después de su nacimiento, la quiropráctica es enseñada y ejercida a lo largo del mundo y la profesión se ha ganado una gran aceptación por parte del público y de los sistemas sanitarios nacionales por sus servicios. Es ampliamente considerada un ejemplo a seguir como disciplina sanitaria complementaria que ha alcanzado su madurez y aceptación por parte de la medicina convencional. Incluso la OMS ha publicado directrices recomendando criterios de formación mínimos para la regulación de los servicios de quiropráctica en los sistemas sanitarios nacionales.

La relación entre la estructura,  principalmente  la columna y el sistema musculoesquelético, y la función,  especialmente la coordinación por parte del sistema nervioso, es fundamental en el enfoque  hacia el tratamiento, la salud y el bienestar de la profesión. Los quiroprácticos ponen un énfasis filosófico en la relación cuerpo-mente en la salud y en las fuerzas naturales de curación del cuerpo. Esto representa una filosofía biopsicosocial de la salud más que biomédica.

La investigación demuestra que los motivos principales por los cuales el paciente acude al quiropráctico son el dolor de espalda (aproximadamente 60%), otros dolores musculoesqueléticos como dolor de cuello, hombro, extremidades y dolor artrítico (20%) y dolores de cabeza incluyendo migrañas (10%). Cerca de 1 de cada 10 presenta un amplio abanico de dolencias provocados, agravados o imitados por trastornos neuromusculoesqueléticos (ej: pseudo-angina, dismenorrea, disfunciones respiratorias o digestivas).

El tratamiento incluye técnicas manuales con una competencia mayor en el ajuste/manipulación articular, en ejercicios de rehabilitación, educación al paciente y modificación del estilo de vida, y en el uso de modalidades de fisioterapia y soportes ortopédicos. La profesión no hace uso de medicamentos ni cirugía, y los pacientes que necesitan estas intervenciones son derivados a la atención médica.

El ejercicio interdisciplinar es ahora común entre quiroprácticos/doctores en quiropráctica, médicos, fisioterapeutas y otros que trabajan como equipo en consultas privadas, salud ocupacional, accidentes de vehículo de motor y otros centros de rehabilitación, además de equipos de medicina deportiva. A pesar de que la mayoría de los servicios quiroprácticos están basados en consultas privadas, hoy en día se pueden encontrar servicios hospitalarios disponibles en multitud de países.

El ejercicio de la quiropráctica está reconocido y regulado por ley en aproximadamente 40 países y, en muchos otros países en los que la profesión está establecida, el ejercicio está reconocido y legalizado. Las características comunes de la legislación y el ejercicio en todas las jurisdicciones son:

  • Atención primaria – contacto directo con el paciente

  • Derecho y obligación de diagnosticar, incluyendo la prescripción o toma de radiografías

  • No utilización de medicamentos ni cirugía

El ejercicio no cualificado de la quiropráctica por parte de personas que carecen de formación específica pero que pretenden ser “quiroprácticos” sigue siendo un problema importante en algunos países sin legislación reguladora (ej: Brasil, Alemania, Korea, Japón o España).

Los criterios internacionales comunes de formación han sido logrados a través de una red de agencias de acreditación que empezó con el Consejo de Educación Quiropráctica de EEUU (Council on Chiropractic Education – CCE), reconocido por la Oficina de Educación de EEUU desde 1974. Estas agencias están ahora representadas por los Consejos de Educación Quiropráctica Internacional (Councils on Chiropractic Education International – CCEI).

Los requisitos de admisión varían en función de los paises, pero en Norteamérica se exige un mínimo de 3 años de créditos universitarios en asignaturas requeridas. El programa profesional en la facultad de quiropráctica consta de un mínimo de 4 años académicos a tiempo completo y otorga un grado de máster o equivalente en muchos países. Suele continuar con formación clínica de post-grado y/o exámenes para la obtención de licencia en muchos países. Las especialidades de post-grado incluyen ciencias quiroprácticas, ortopedia, pediatría, neurología, radiología, rehabilitación y quiropráctica deportiva.

En el pasado, la mayoría de los quiroprácticos se graduaban en facultades Norteamericanas. Ahora existen facultades en Australia, Brasil, Canadá, Dinamarca, Francia, Japón, Corea, México, Nueva Zelanda, Sudáfrica, España y el Reino Unido, así como en EEUU. Dependiendo del país, la formación quiropráctica está integrada en el sistema universitario (la mayoría de países) o en facultades privadas. Muchos otros países están desarrollando actualmente nuevos programas universitarios (ej: Argentina, Chile, China, Italia, Suiza y Tailandia).

En nuestro país, gran parte de los Quiroprácticos además tienen una profesión previa, que es la Kinesiología, lo que les permite tener una visión aún más amplia del cuerpo humano, su función y las distintas respuestas que genera un paciente al potenciar el sistema nervioso y llevarlo al 100%. Ésta formación permite proporcionar un gran sustento fisiológico, científico además de integrar los distintos pilares que dominan al ser humano.