En los lugares de trabajo, ya sea por tareas frecuentes o esfuerzos físicos repentinos, usualmente el cuerpo pasa la cuenta y manifiesta cuadros de dolor potenciados por el cansancio y el estrés, propios de la actividad laboral. La quiropráctica es una profesión que puede ayudar en diversos ámbitos a que las personas se sientan mejor físicamente aplicando técnicas que permiten el diagnóstico, tratamiento y prevención de desórdenes musculoesqueléticos.

Uno de los problemas más frecuentes en la mayoría de las labores se relacionan con la espalda, las malas posiciones en el lugar de trabajo o el esfuerzo físico pueden derivar en problemas crónicos, sobre todo si no se tratan a tiempo ni se tienen las precauciones necesarias para evitar que se compliquen.

Y el estar bien implica una serie de factores que van desde mantener una buena y nutritiva alimentación, hasta trabajar en mantener la sanidad interna, una estabilidad total mente-cuerpo.

Consejos para cuidar tu columna

Cuando estés de pie

Mientras más tiempo permanezcas en posturas saludables, o buenas posturas, es más probable que se puedan evitar molestias lumbares. Mientras estás de pie, sobre todo si es por periodos prolongados, es bueno turnar los pies para mantener uno en alto, de esta manera se evita doblar mucho la columna.

Cuando necesites inclinarte hacia delante, no lo hagas sin antes flexionar las rodillas, esto evita forzar la columna y permite distribuir mejor el peso del cuerpo. 

Al estar sentado

Se debe mantener la espalda derecha, sin encorvar ni dejarse caer hacia adelante. De forma inconsciente es muy difícil mantener esta posición, sin embargo cada vez que note que está en una mala postura es bueno cambiar a la correcta, el tiempo que dure servirá para reducir problemas de espalda.

Evite cruzar las piernas, ya sea hacia adelante o hacia atrás bajo el asiento, esto implica romper la postura derecha y requiere de un esfuerzo adicional de la parte lumbar.

En el caso de quienes pasan muchas horas al día sentados, se recomienda usar sillas ergonómicas, con soporte lumbar, y si los pies no alcanza a tocar el sueño, usa un reposa-pies que permita mantenerlos tocando una superficie firme. 

Al dormir

Aún cuando el cuerpo esté en reposo es necesario cuidar la postura. Por ejemplo siempre duerme boca arriba o de costado, nunca boca abajo porque esta posición aumenta la curva lumbar y provoca molestias de hombros y cuello.

Estando boca arriba se recomienda usar una almohada bajo las piernas, a la altura de las rodillas hacia las pantorrillas. Si lo haces de costado, mantén las piernas flexionadas y puedes usar una almohada entre las rodillas. 

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En tanto, para el cuello, la recomendación es no usar almohadas muy altas, mejor aún si cuentas con una ortopédica.